La empatía en el aula
- Jessica MM
- Jul 15, 2021
- 4 min read
Updated: Aug 12, 2021
La empatía, un signo de grandeza, ya no sólo en el aula sino en general en la vida con todas las personas que nos relacionamos. Nelson Mandela decía "La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo", por lo tanto, para que eso sea así, es esencial que los docentes eduquemos desde la empatía y desarrollemos la misma en nuestros alumnos. Sin embargo, aunque nos resulte una palabra muy escuchada en el ámbito de la educación y en la sociedad, a la hora de la verdad, la dificultad de muchos profesores para conectar con los alumnos se hace cada vez más notable.
El libro de Ginott, nos cuenta la maravillosa historia de un maestro que tuvo que dar su primera clase en una institución para delincuentes juveniles, cuando entró al salón de clase tropezó y cayó al suelo; inmediatamente, los estudiantes estallaron en carcajadas, el maestro, haciendo uso de su sentido común y de su buen carácter, se levantó y les dijo: “Esta es mi primera lección para ustedes: una persona puede caer al suelo y levantarse de nuevo”; todos quedaron perplejos y seguidamente sonaron los aplausos.
Aquí tenemos un gran ejemplo que muestra el autocontrol de la clase utilizando para ello la empatía. Cuando leí esta historia por primera vez, he de reconocer que la idea me pareció brillante, y seguro que muchos de vosotros pensaréis lo mismo que yo al leerla. De hecho, hasta se me vino a la cabeza la idea de fingir esa situación en algunas de mis clases de secundaria 😉
Este año, al trabajar con mi tutoría de 3ºESO la educación emocional, me di cuenta de la falta de empatía que muchas veces tenemos los profesores con los alumnos, ¿Cómo vamos a inculcar un valor que muchas veces no transmitimos?. Sin darnos cuenta, en diversas ocasiones caemos en la trampa de reaccionar de manera equívoca ante comportamientos disruptivos y faltas de respeto, y entramos en esos debates infinitos con ellos para ver quien puede más o incluso pegando gritos a pleno pulmón, cuando lo más inteligente sería trabajar las faltas de respeto con comentarios ingeniosos y respuestas calmadas que con insultos, así como hizo Ginott. Si hay algo que la tutoría me ha enseñado este curso, es eso mismo, el hecho de trabajar desde la calma y el razonamiento con ellos, ya que resulta mucho más beneficioso para ambas partes y es ahí, cuando enseñaremos a nuestros alumnos cómo deben comportarse en situaciones similares. Escribiendo esta entrada, me viene a la cabeza el recuerdo de un día que castigué a un alumno de tutoría, en verdad, venía arrastrando un comportamiento bastante disruptivo con severas faltas de respeto a los profesores desde 1º. El castigo que acordé con la madre fue que viniese la tarde del viernes siguiente de 4-5 aprovechando que yo estaría en el cole. Tenía claro que no quería que fuese una hora sin más, como ese típico castigo en el que muchas veces dejamos a los alumnos en la hora de recreo en el banco del pasillo. Aquel día, decidí trabajar con él, y con ello, no me refiero a explicarle contenidos de inglés, en mi caso, o hacer deberes, sino hablar, simplemente eso, interesarme por él, su estado de ánimo, mostrarle mi preocupación, como tutora, hacía él y todos sus compañeros de clase, para que viera que no era su enemiga, que estaba ahí para ayudarle de corazón. Así mismo, se dió cuenta que en yo en lugar de dejarle de lado en el banco del pasillo y disponerme a hacer mis cosas, me interesé por él. Trabajamos a través de dos cortos que le puse y hablamos y reflexionamos sobre los mismos concluyendo la importancia de ponernos en el lugar de los demás para entender un poco más que siente el otro. Ese día tuve una sensación muy bonita, sentí que conecté porque sus ojos se emocionaron conforme íbamos hablando y me di cuenta que X tenía una gran falta de empatía y simplemente necesitaba eso, que alguien se parase a reflexionar desde el cariño y la calma. De hecho, su comportamiento experimentó un cambió desde aquel día, no voy a decir que fue perfecto de la noche a la mañana o que cambió radical, pero si es cierto, que a mi me empezó a ver como una persona en la que podía confiar y a la que le debía el mismo cariño que yo le transmití.
Adjunto algunos de los cortos con los que he trabajado la empatía con mis alumnos este año, pero no olvidemos que escucharlos, reflexionar con ellos y dialogar con calma, les transmite y enseña esos valores que deben aprender.
The Present
Los protagonistas son un niño apasionado por los videojuegos y el regalo que le entrega su madre, un perro que tiene una extremidad menos. Al principio, el cachorro no es bien recibido por su nuevo dueño debido a la lesión que presenta. Pero la insistencia y la perseverancia de la mascota por querer jugar, pese a su estado, logran contagiar al pequeño que se levanta del sofá para dar un paseo juntos. El cortometraje se basa en una tira cómica del ilustrador brasileño Fabio Coala.
Cadena de la empatía
En este corto vemos como una acción amable conduce inevitablemente a otra. Y así, sucesivamente, dando lugar a una cadena de favores que se entrelazan entre otros.
The Birds
Un grupo de pequeños y malhumorados pájaros descansan sobre un cable cuando un pájaro de mayor tamaño llega para pasar el rato con ellos. Las pequeñas aves no estarán dispuestas a compartir su espacio con él, decidiendo picotearle para hacerle caer. Sin embargo, en el último momento, se dan cuenta de que lo que están haciendo no está bien y deciden salvar a su nuevo amigo. Este cortometraje de animación está creado por Pixar.
Empatizar supone hacer el esfuerzo de ponerse en el lugar del otro para comprender sus necesidades, sus emociones, sus circunstancias…
Quiero terminar este post con la siguiente cita de Ginott: “Cuando un niño le da a un niño, lo llamamos la agresión . Cuando un niño le da a un adulto lo llamamos hostilidad. Cuando un adulto golpea a un adulto, lo llamamos asalto. Cuando un adulto golpea a un niño, lo llamamos la disciplina”.
Comments